Cómo elegir una silla de escritorio
Cuando estás planeando como hacer tu oficina en casa o en una empresa, es importante saber cómo elegir una silla de escritorio, ya que es uno de los elementos fundamentales de cualquier oficina.
A lo largo de los años he tenido la oportunidad de probar docenas de sillas de escritorio, y si algo he aprendido después de usar tantas sillas durante tanto tiempo es que si eliges una mala silla o una que no se adapte bien a tu cuerpo, más tarde o más temprano, tu espalda y tus articulaciones acabarán por resentirse.
Todos hemos comprado alguna vez una silla que parecía bonita o era barata y acabó por destrozarnos la espalda, pero no te preocupes porque en esta guía te voy a contar con todo detalle como identificar y elegir una buena silla de escritorio, aunque si tienes prisa por encontrar una, puedes ir directamente a mi selección de las mejores sillas de oficina.
12 características que definen a una buena silla de oficina
Las 12 características que te voy a presentar se basan en 4 criterios clave sobre los que se puede evaluar la calidad de cualquier silla de escritorio:
- Ergonomía: La ergonomía es un factor fundamental a tener en cuenta al elegir una silla de oficina. Una silla ergonómica se adapta a su cuerpo y le proporciona un soporte adecuado para evitar dolores y molestias en la espalda, el cuello y las extremidades.
- Durabilidad y comodidad: Los materiales utilizados en la fabricación de una silla de oficina juegan un papel importante tanto en su durabilidad como en su comodidad. Busque una silla que esté hecha con materiales de alta calidad.
- Adaptabilidad: La capacidad de ajustar diferentes partes de la silla de oficina le permitirá personalizar su experiencia y adaptarla a sus necesidades individuales.
- Estabilidad y seguridad: Son aspectos cruciales que no deben pasarse por alto al seleccionar una silla de oficina. Estos elementos garantizan su bienestar y previenen posibles accidentes o lesiones.
Veamos ahora cómo se reflejan estos 4 principios en las características de las sillas:
1. Respaldo en forma de S
Las sillas de oficina con respaldo en forma de S se adaptan a la curvatura natural de la columna vertebral, haciendo que adoptes una postura correcta que, además, evita descargar el peso del cuerpo sobre la zona lumbar y la pelvis.
Algunas sillas incorporan la curvatura lumbar en el respaldo, otras incluyen un soporte lumbar con una almohadilla extra y las más ergonómicas permiten regular la altura y profundidad de dicho soporte lumbar.
Aunque todas ellas sean buenas opciones, cuanto más ajustable sea la silla a la forma exacta de tu cuerpo, mejor postura adoptarás y menos posibles problemas de espalda sufrirás.
2. Materiales y tapizados de calidad
Las sillas se componen de diferentes materiales y tejidos. Suele usarse espuma de alta densidad para los rellenos de las zonas acolchadas y algodón, nailon, malla, piel natural o sintética para el tapizado.
Sillas tapizadas con tela
Las sillas tapizadas con tela son las más comunes, tanto por su bajo coste de producción como por la versatilidad de este material en la producción, ya que se permite hacer sillas de diferentes colores, texturas y estampados. Algunas telas pueden ser naturales, como el algodón, y otras sintéticas, como el nailon o el poliéster.
Pros:
- Suelen ser tejidos transpirables.
- Los precios de las sillas tapizadas en tela pueden ser más económicos, aunque no siempre.
Contras:
- Cuando se manchan, las sillas tapizadas en tela son más difíciles de lavar que las sillas de piel natural o sintética, ya que la suciedad se incrusta en el tejido.
- En su tejido se acumula polvo y ácaros, así que es recomendable mantener una limpieza frecuente si tienes alergia.
Sillas tapizadas con malla
La malla es un material que se adapta muy bien a la forma del cuerpo, proporcionando una gran comodidad y ergonomía. Su look moderno hace que las sillas de escritorio tapizadas en este material se integren bien en casi cualquier tipo de oficina o escritorio.
Pros:
- La malla permite crear tejidos menos tupidos y más transpirables, por lo que es muy recomendables si trabajas en un sitio caluroso.
- Es fácil de limpiar y no acumula polvo ni suciedad.
- Proporciona una estética contemporánea.
- Este tejido aestá fabricado a base de plástico o polipropileno, bastante resistente, así que suele durar muchos años.
Contras:
- Debido a que la malla es flexible, estas sillas suelen incorporar una pieza extra que refuerza la sujeción dorsal y lumbar. Presta atención si no la lleva y se te curva demasiado la espalda.
Sillas tapizadas con piel natural
Es el material estéticamente más lujoso, por lo que suele usarse en oficinas de directores o puestos de responsabilidad. También transmite profesionalidad, así que es una buena opción una oficina en casa.
Pros:
- La piel tiene una alta resistencia al desgaste, los roces y las manchas, lo que lo hace ideal para oficinas ajetreadas.
- Es un material hipoalergénico, siempre que se mantenga limpio, por lo que es muy recomendable si tienes una piel sensible.
Contas:
- Si la silla está situada junto a una ventana donde da la luz directa o junto a una fuente de calor, el acabado en piel puede provocar que sudes más que con otros materiales como el nailon o el algodón.
- Las sillas fabricadas en piel natural suelen ser mucho más caras que las fabricadas en cualquier otro material
Sillas tapizadas con piel sintética
La piel sintética es recomendable si quieres mantener una buena estética en tu oficina sin gastar excesivo dinero, simplemente ten en cuenta que necesitaras renovarla o cambiarla al cabo de entre 5 a 10 años, ya que no dura tanto como una silla fabricada en piel.
Pros:
- La gran ventaja de la piel sintética es que su aspecto y tacto son muy similares a los de la piel natural.
- La piel sintética es más barata de producir que la piel natural y, en consecuencia, las sillas son mucho más baratas.
- La piel sintética se limpia con facilidad y no requiere ningún mantenimiento especial.
Contras:
- A diferencia de la piel natural, la piel sintética no goza de tan buena resistencia a los roces y al desgaste.
- Suele deteriorarse fácilmente e incluso agrietarse con el paso de los años.
- La piel sintética provoca mucha sudoración cuando la silla está colocada junto a una fuente de calor.
3. Patas con ruedas
Las ruedas facilitan poder separar y acercar la silla a la mesa con fluidez, así como poder desplazarse para coger algo en una mesa cercana, sin necesidad de levantarse.
En caso de que tu suelo sea de parquet, una silla con ruedas en vez de con patas, puede prevenir que no se raye, siempre que el material de estas sea lo suficientemente blando.
Si la silla que te gusta tiene unas ruedas de plástico duras, siempre puedes sustituirlas por unas ruedas seguras para parquet. Estas ruedas son compatibles con la mayoría de modelos de silla del mercado.
4. Eje giratorio
Las sillas que pueden girar sobre su eje 360 grados permiten levantarse y sentarse más fácilmente, además de poder girarse para hablar con otros miembros del equipo con facilidad.
Es una característica especialmente útil si trabajas con más personas, si trabajas en un espacio reducido o si el suelo de tu oficina es delicado y no quieres arrastrar la silla.
5. Altura ajustable
La altura de la silla está directamente relacionada con la ergonomía de esta, ya que la forma en que las piernas apoyan en el suelo afecta a la circulación de las piernas y a la posición de la espalda. Para una posición correcta, los pies deben reposar relajadamente en el suelo y las piernas formar un ángulo de 90° al doblarlas.
Si tus piernas cuelgan de la silla es que está demasiado alta y la circulación sanguínea de tus piernas se resentirá. Puedes corregir esto colocando un reposapiés ajustable (ver en Amazon) que te permita apoyar las piernas.
Si por el contrario, al sentarte notas que tus rodillas quedan elevadas, formando un ángulo inferior a 90°, es que la silla está demasiado baja. Al estar los muslos elevados, la zona lumbar y tu coxis cargarán con todo el peso de la espalda, lo que puede provocar dolores y problemas de espalda a largo plazo.
En definitiva, una silla que te permita ajustar la altura es más fácil de adaptar a tu altura y características siempre es más recomendable que una que no te lo permita, especialmente si vas a pasar muchas horas sentado en ella.
6. Respaldo inclinable
Las sillas de oficina con un respaldo inclinable te permiten ajustar la silla hacia atrás para aliviar la presión de la columna vertebral y descansar durante los descansos.
7. Reposabrazos ajustables
Los apoyabrazos o reposabrazos permiten reposar los codos mientras trabajas y reducir así el esfuerzo o tensión que los brazos realizan. Esto acaba por aliviar tu cansancio a lo largo de la jornada.
Además, cuando no estés trabajando, siempre podrás descansar más cómodamente apoyando los brazos sobre los reposabrazos.
8. Asiento con la profundidad adecuada
La profundidad del asiento determina el área sobre la que podrán reposar tus muslos. Un asiento con una profundidad adecuada a tus muslos te permitirá distribuir mejor el peso entre la zona baja de la espalda y los muslos.
Si la silla tiene la profundidad adecuada, tus rodillas deben sobresalir del asiento lo suficiente para poder flexionarlas formando un ángulo de 90° entre los muslos y las piernas.
Un asiento poco profundo provocará que tus muslos sobresalgan de la silla demasiado y, por tanto, tu peso acabe recayendo solo en la parte apoyada en la silla. En consecuencia, tu peso no se reparte enteramente por los muslos y puedes acabar sintiendo molestias.
Por el contrario, si tus muslos son más cortos que la profundidad del asiento, tendrás que elegir entre apoyar la espalda en el respaldo o las piernas en el suelo. Esto puede provocar que acabes adquiriendo una postura incorrecta o que tu espalda cargue con más peso del necesario, lo que puede traducirse en dolores y lesiones a largo plazo.
9. Anchura de la silla adecuada
Escoge una silla que suficientemente ancha para adaptarse a tu fisionomía, que te permita sentarte y levantarte cómodamente, sin tropezar con los reposabrazos.
La distancia entre los apoyabrazos pueden servirte como referencia para saber si la silla tiene un ancho adecuado para ti. Deberías poder apoyar los antebrazos en ellos con comodidad, sin tener que juntar los brazos a tu cuerpo o abrirlos demasiado.
10. Buena estabilidad
La estabilidad de una silla de oficina es determinada por los materiales de fabricación, el ensamblaje de las piezas y la robustez de la base. Las sillas con una estructura metálica suelen ser más pesadas, resistentes y estables que las hechas en plástico.
Si quieres saber si una silla es estable, zarandéala ligeramente y comprobarás que se mueve como una sola pieza. Una silla estable también puede evitarte problemas de espalda, ya que las sillas poco estables pueden acabar por inclinarse hacia un lado, provocando que adquieras una mala postura.
11. Cantos ligeramente redondeados
Si los bordes de algunas partes de la silla son demasiado angulosos, pueden resultar incómodos, sobre todo cuando están en directo contacto contigo, como en la parte delantera del asiento y los reposabrazos.
También acaba por ser desagradable cuando pasa todo lo contrario, es decir, que los cantos son tan redondeados que al apoyar los codos se resbalan.
Lo mejor es optar por una silla cuyos cantos sean ligeramente redondeados, de forma que no te provoquen molestias al apoyar los brazos y las piernas.
12. Marca de confianza
Existen muchas sillas de oficina en el mercado y no todas ellas gozan de la misma calidad en los acabados y los materiales, ni tienen el mismo cuidado por el diseño y la ergonomía.
De las marcas que he probado, SIHOO, Songnomics, Hbada e IntimaTe, me han parecido que tiene un mejor balance entre calidad, diseño, ergonomía y precio.